Chile enfrenta su mayor crisis de natalidad: fecundidad cae a 1,17 hijos por mujer
Chile vive un preocupante descenso en su tasa de natalidad. En 2024 se registraron un 20% menos de nacimientos que el año anterior, consolidando una tendencia a la baja que se arrastra desde hace décadas. Según el INE, el porcentaje de mujeres entre 15 y 49 años con hijos cayó de 70,7% en 1992 a 56,6% en 2024.

Diputado Sauerbaum propone agenda integral con reformas habitacionales y sociales para enfrentar crisis de natalidad en Chile.
La Región Metropolitana presenta los niveles más bajos del país, con solo un 53,5% de mujeres en edad fértil con hijos. Entre las comunas con menor maternidad destacan: Providencia (31,5%), Ñuñoa (36,5%), Las Condes (37,2%) y Santiago (40,8%).
Chile tiene hoy la tasa de fecundidad más baja de Latinoamérica, con 1,17 hijos por mujer, lejos del mínimo de reemplazo poblacional que es 2,1. Las proyecciones advierten que podríamos alcanzar una tasa de solo 0,8 hijos por mujer, lo que aceleraría el envejecimiento y la reducción poblacional.
Factores económicos, laborales y de salud explican esta tendencia
El alto costo de la crianza es el principal motivo que da el 62% de quienes no tienen hijos. Además, según la Encuesta Bicentenario 2024, 6 de cada 10 personas consideran difícil conciliar maternidad y trabajo. También hay muchas parejas que desean tener hijos pero no pueden por razones de salud.
Esto revela que el problema no se resuelve solo con bonos o ayudas puntuales. Se requiere un enfoque integral que ofrezca mayor seguridad y certezas a quienes quieren formar una familia.
Entre las propuestas destacadas:
Apoyo al arriendo para familias jóvenes con niños menores de 2 años, como solución habitacional transitoria y estable.
Definir la Vivienda de Interés Público, incorporando a los sectores medios y mejorando la equidad territorial.
Mejorar barrios con integración urbana, conectividad y servicios cercanos.
Reordenar los beneficios sociales para no castigar a las familias que declaran juntas.
Extender sala cuna a todas las trabajadoras, sin importar el tamaño de la empresa.
Fortalecer redes de apoyo y cuidados, con mejor articulación de servicios y promoción de vínculos comunitarios.